viernes, 8 de agosto de 2008
(¯`•.•´¯) ღ*♥ SALMO 32 *♥ღ (¯`•.•´¯)
La bendición del perdón
Dios mío, tu perdón nos llega a todos como una bendición;
tu perdón borra nuestros pecados y rebeldías.
Tú bendices y declaras inocentes, a los que no actúan con malicia.
Mientras no te confesé mi pecado, las fuerzas se me fueron acabando de tanto llorar.
Me castigabas día y noche, y fui perdiendo fuerzas, como una flor que se marchita bajo el calor del sol. Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad.
Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste.
Por eso los que te amamos oramos a ti en momentos de angustia.
Cuando vengan los problemas, no nos podrán alcanzar.
Tú eres mi refugio; tú me libras del peligro, por eso, con voz fuerte, canto y festejo mi liberación.
Tú me dijiste: "Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte.
Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti.
Los mulos y los caballos son tercos y no quieren aprender; para acercarse a ellos y poderlos controlar, hay que ponerles rienda y freno. ¡No seas tú como ellos!"
A los malvados les esperan muchos sufrimientos, pero a los que confían en ti los cubres con tu gran amor. Ustedes, pueblo de Dios,¡alábenlo y hagan fiesta!
Y ustedes, los de corazón sincero, ¡canten a Dios con alegría!
Dios mío, tu perdón nos llega a todos como una bendición;
tu perdón borra nuestros pecados y rebeldías.
Tú bendices y declaras inocentes, a los que no actúan con malicia.
Mientras no te confesé mi pecado, las fuerzas se me fueron acabando de tanto llorar.
Me castigabas día y noche, y fui perdiendo fuerzas, como una flor que se marchita bajo el calor del sol. Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad.
Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste.
Por eso los que te amamos oramos a ti en momentos de angustia.
Cuando vengan los problemas, no nos podrán alcanzar.
Tú eres mi refugio; tú me libras del peligro, por eso, con voz fuerte, canto y festejo mi liberación.
Tú me dijiste: "Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte.
Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti.
Los mulos y los caballos son tercos y no quieren aprender; para acercarse a ellos y poderlos controlar, hay que ponerles rienda y freno. ¡No seas tú como ellos!"
A los malvados les esperan muchos sufrimientos, pero a los que confían en ti los cubres con tu gran amor. Ustedes, pueblo de Dios,¡alábenlo y hagan fiesta!
Y ustedes, los de corazón sincero, ¡canten a Dios con alegría!
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