martes, 29 de julio de 2008
(¯`•.•´¯) ღ*♥ PROVERBIOS 4 *♥ღ (¯`•.•´¯)
NO HAY COMO LA SABIDURÍA:
Queridos jovencitos:
cuando su padre los instruya, préstenle atención,
si realmente quieren aprender.
Yo, como maestro, les doy este buen consejo:
no abandonen sus enseñanzas.
Yo también fui niño; tuve un padre y una madre que me trataban con ternura.
Mi padre me dio este consejo: "Grábate bien lo que te digo, y haz lo que te mando; así tendrás larga vida.
Hazte cada vez más sabio y entendido; nunca olvides mis enseñanzas.
¡Jamás te apartes de ellas!
Si amas a la sabiduría, y nunca la abandonas, ella te cuidará y te protegerá.
Lo que realmente importa es que cada día seas más sabio, y que aumentes tus conocimientos, aunque tengas que vender todo lo que poseas.
Valoriza el conocimiento, y tu vida tendrá más valor; si haces tuyo el conocimiento, todos te tratarán con respeto, y quedarán admirados de tu gran sabiduría.
Escúchame, jovencito:
hazme caso y vivirás muchos años.
Yo, como maestro, te enseño a vivir sabiamente y a siempre hacer el bien.
Vayas rápido o despacio, no tendrás ningún problema para alcanzar el éxito.
Acepta mis enseñanzas y no te apartes de ellas; cuídalas mucho, que de ellas depende tu vida.
No te juntes con gente malvada ni sigas su mal ejemplo.
¡Aléjate de su compañía!
¡Aléjate, y sigue adelante!
Esa gente no duerme hasta que hace algo malo;
¡no descansa hasta destruir a alguien!
En vez de comer, se satisface cometiendo maldades;
en vez de beber, festeja la violencia que comete.
La vida de los hombres buenos brilla como la luz de la mañana:
va siendo más y más brillante, hasta que alcanza todo su esplendor.
La vida de los malvados es todo lo contrario:
es como una gran oscuridad donde no saben ni en qué tropiezan.
Querido jovencito, escucha bien lo que te digo.
Grábate bien mis enseñanzas, y no te apartes de ellas,
pues son una fuente de vida para quienes las encuentran; son el remedio para una vida mejor.
Y sobre todas las cosas, cuida tu mente, porque ella es la fuente de la vida.
No te rebajes diciendo palabras malas e indecentes.
Pon siempre tu mirada en lo que está por venir.
Corrige tu conducta, afirma todas tus acciones.
Por nada de este mundo dejes de hacer el bien;
¡apártate de la maldad!"
Queridos jovencitos:
cuando su padre los instruya, préstenle atención,
si realmente quieren aprender.
Yo, como maestro, les doy este buen consejo:
no abandonen sus enseñanzas.
Yo también fui niño; tuve un padre y una madre que me trataban con ternura.
Mi padre me dio este consejo: "Grábate bien lo que te digo, y haz lo que te mando; así tendrás larga vida.
Hazte cada vez más sabio y entendido; nunca olvides mis enseñanzas.
¡Jamás te apartes de ellas!
Si amas a la sabiduría, y nunca la abandonas, ella te cuidará y te protegerá.
Lo que realmente importa es que cada día seas más sabio, y que aumentes tus conocimientos, aunque tengas que vender todo lo que poseas.
Valoriza el conocimiento, y tu vida tendrá más valor; si haces tuyo el conocimiento, todos te tratarán con respeto, y quedarán admirados de tu gran sabiduría.
Escúchame, jovencito:
hazme caso y vivirás muchos años.
Yo, como maestro, te enseño a vivir sabiamente y a siempre hacer el bien.
Vayas rápido o despacio, no tendrás ningún problema para alcanzar el éxito.
Acepta mis enseñanzas y no te apartes de ellas; cuídalas mucho, que de ellas depende tu vida.
No te juntes con gente malvada ni sigas su mal ejemplo.
¡Aléjate de su compañía!
¡Aléjate, y sigue adelante!
Esa gente no duerme hasta que hace algo malo;
¡no descansa hasta destruir a alguien!
En vez de comer, se satisface cometiendo maldades;
en vez de beber, festeja la violencia que comete.
La vida de los hombres buenos brilla como la luz de la mañana:
va siendo más y más brillante, hasta que alcanza todo su esplendor.
La vida de los malvados es todo lo contrario:
es como una gran oscuridad donde no saben ni en qué tropiezan.
Querido jovencito, escucha bien lo que te digo.
Grábate bien mis enseñanzas, y no te apartes de ellas,
pues son una fuente de vida para quienes las encuentran; son el remedio para una vida mejor.
Y sobre todas las cosas, cuida tu mente, porque ella es la fuente de la vida.
No te rebajes diciendo palabras malas e indecentes.
Pon siempre tu mirada en lo que está por venir.
Corrige tu conducta, afirma todas tus acciones.
Por nada de este mundo dejes de hacer el bien;
¡apártate de la maldad!"
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